Brujería y religión: dos caminos, una misma esencia



Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha buscado formas de conectar con lo divino, con lo invisible, con aquello que trasciende nuestra existencia material. A lo largo de la historia, dos caminos han sido particularmente relevantes en este propósito: la religión y la brujería.  

Ambos comparten un aspecto fundamental: el uso de rituales para canalizar energía, buscar protección, guiar el destino y transformar la realidad. En la religión, los rezos, las ceremonias y los sacramentos son herramientas sagradas que permiten a los creyentes comunicarse con Dios o sus deidades. En la brujería, los conjuros, los círculos rituales y el uso de elementos naturales persiguen el mismo fin: mover fuerzas invisibles para influir en el mundo.  

Las velas, los símbolos, los cantos y las invocaciones existen tanto en el templo como en el altar pagano. En el fondo, ambas prácticas reconocen que la energía fluye y puede ser canalizada con intención. Así como un sacerdote consagra el pan y el vino para transformar la materia en sagrado, un brujo carga un objeto con propósito, atribuyéndole un poder especial.  

Sin embargo, la sociedad ha sido rápida en condenar la brujería como algo oscuro o peligroso, mientras que las prácticas religiosas han sido aceptadas y veneradas. Es curioso cómo invocar a Dios en la iglesia y pedir su intervención se considera un acto de fe, mientras que invocar a otras energías o fuerzas es satanizado. ¿No es acaso lo mismo, la búsqueda de una conexión con lo invisible?  

Lo fascinante no es la diferencia entre ambas, sino su semejanza. A pesar de los prejuicios que han separado la brujería de la religión institucionalizada, ambas hablan del poder de la fe, del significado del símbolo y de la búsqueda de lo trascendente. Al final, todo se reduce a una misma verdad: la conexión del ser humano con aquello que no puede ver, pero sí sentir.  

Las 12 Palabras Redobladas

Las doce palabras redobladas son una oración que se usa para ahuyentar al Cola de Flecha. También se les conoce como doce palabras de la fe, doce palabras retorneadas, torneadas o redobladas. 

Las doce palabras redobladas

Qué son:
Una oración que se reza para ahuyentar al Cola de Flecha. 

Cómo se usa:
Se reza en voz baja

Cuándo se usa:

En situaciones inesperadas, en lugares diversos, por distintas personas. 

Qué significado tienen:

Testimonio de cultura y sociedad en trance y contrapunto de rito y misterio. 
Las doce palabras redobladas se pueden recitar: A modo de canto, Oración, Conjuro, Adivinanza, Cuento. 

Algunos ejemplos de las doce palabras redobladas son: 

La Virgen que parió en Belén y siempre quedó pura
Las dos tablas de Moisés
Las tres Marias
Los cuatro evangelistas
Las cinco llagas
Las seis candelas
Los siete gozos
Los ocho coros
Los nueve meses
Los diez mandamientos
Las Once mil vírgenes 
Los doce apóstoles

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Amigo dígame la una;
Amigo, no soy su amigo, pero se la diré:
Una no es ninguna y siempre la virgen pura.

Amigo, dígame las dos;
Amigo, no soy su amigo, pero se las diré:
Dos son las dos tablas de la ley por dónde pasó Moisés por la casa Santa de Jerusalén; Una no es ninguna y siempre la virgen pura.

Amigo, dígame las tres;
Amigo, no soy su amigo, pero se las diré:
Tres son las tres Marías, Dos son las dos tablas de la ley por dónde pasó Moisés por la casa Santa de Jerusalén; Una no es ninguna y siempre la virgen pura.

Amigo, dígame las cuatro;
Amigo, no soy su amigo, pero se las diré:
Cuatro son los cuatro evangelistas, Tres son las tres Marías, Dos son las dos tablas de la ley por dónde pasó Moisés por la casa Santa de Jerusalén; Una no es ninguna y siempre la virgen pura.

Amigo, dígame las cinco;
Amigo, no soy su amigo, pero se las diré:
Cinco son las cinco llagas, Cuatro son los cuatro evangelistas, Tres son las tres Marías, Dos son las dos tablas de la ley por dónde pasó Moisés por la casa Santa de Jerusalén; Una no es ninguna y siempre la virgen pura.

Amigo, dígame las seis;
Amigo, no soy su amigo, pero se las diré:
Seis son las seis candelas, Cinco son las cinco llagas, Cuatro son los cuatro evangelistas, Tres son las tres Marías, Dos son las dos tablas de la ley por dónde pasó Moisés por la casa Santa de Jerusalén; Una no es ninguna y siempre la virgen pura.

Amigo, dígame las siete;
Amigo, no soy su amigo, pero se las diré:
Siete son los siete sacramentos, Seis son las seis candelas, Cinco son las cinco llagas, Cuatro son los cuatro evangelistas, Tres son las tres Marías, Dos son las dos tablas de la ley por dónde pasó Moisés por la casa Santa de Jerusalén; Una no es ninguna y siempre la virgen pura.

Amigo, dígame las ocho;
Amigo, no soy su amigo, pero se las diré:
Ocho son los ocho planetas, Siete son los siete sacramentos, Seis son las seis candelas, Cinco son las cinco llagas, Cuatro son los cuatro evangelistas, Tres son las tres Marías, Dos son las dos tablas de la ley por dónde pasó Moisés por la casa Santa de Jerusalén; Una no es ninguna y siempre la virgen pura.

Amigo, dígame las nueve;
Amigo, no soy su amigo, pero se las diré:
Nueve son los nueve meses, Ocho son los ocho planetas, Siete son los siete sacramentos, Seis son las seis candelas, Cinco son las cinco llagas, Cuatro son los cuatro evangelistas, Tres son las tres Marías, Dos son las dos tablas de la ley por dónde pasó Moisés por la casa Santa de Jerusalén; Una no es ninguna y siempre la virgen pura.

Amigo, dígame las diez;
Amigo, no soy su amigo, pero se las diré:
Diez son los diez mandamientos, Nueve son los nueve meses, Ocho son los ocho planetas, Siete son los siete sacramentos, Seis son las seis candelas, Cinco son las cinco llagas, Cuatro son los cuatro evangelistas, Tres son las tres Marías, Dos son las dos tablas de la ley por dónde pasó Moisés por la casa Santa de Jerusalén; Una no es ninguna y siempre la virgen pura.

Amigo, dígame las once;
Amigo, no soy su amigo, pero se las diré:
Once son las once mil vírgenes, Diez son los diez mandamientos, Nueve son los nueve meses, Ocho son los ocho planetas, Siete son los siete sacramentos, Seis son las seis candelas, Cinco son las cinco llagas, Cuatro son los cuatro evangelistas, Tres son las tres Marías, Dos son las dos tablas de la ley por dónde pasó Moisés por la casa Santa de Jerusalén; Una no es ninguna y siempre la virgen pura.

Amigo, dígame las doce;
Amigo, no soy su amigo, pero se las diré:
Doce los doce apóstoles, Once son las once mil vírgenes, Diez son los diez mandamientos, Nueve son los nueve meses, Ocho son los ocho planetas, Siete son los siete sacramentos, Seis son las seis candelas, Cinco son las cinco llagas, Cuatro son los cuatro evangelistas, Tres son las tres Marías, Dos son las dos tablas de la ley por dónde pasó Moisés por la casa Santa de Jerusalén; Una no es ninguna y siempre la virgen pura.

Amigo, dígame las trece;
Amigo, no soy su amigo, pero se las diré:
Quién de doce pasa a trece solo el infierno merece…
¡Reviéntate Diablo!”


Oración de Semana Santa, para devolver brujería.

La Semana Santa es una semana que es muy fuerte más que todo para hacer brujería de alta magia y de magia negra por lo tanto debemos de protegernos demasiado en estos días.  Aquí les Traigo una oración para devolver toda esa magia más linda que han hecho contra ustedes.

"Se quebranta la aguja qué me cosio, desvanezco el humo de la vela qué se apagó, llamó al susurro de los cuatro vientos y el relámpago cayó, devuelvo la peste que a mi puerta tocó y la ahuyento con el trueno que sonó, 10,000 veces contra ti voy, sufre como sufrí yo, sufre como sufrí yo, sufre como sufrí yo, sufre como sufrí yo, sufre como sufrí yo, sufre como sufrí yo, sufre como sufrí yo."



 

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