“Oh, poderosa Santa Rita, llamada Santa Rita de lo Imposible, abogada en casos desesperados…. Ayudo en el último minuto, me refugio en los momentos de dolor que arrastran a las almas al abismo del crimen y de la desesperación, y con toda confianza en vuestro patrocinio celestial me dirijo a vosotros en este caso difícil e imprevisto que oprime dolorosamente mi corazón.
Dime, querida Santa Rita, ¿no quieres ayudarme y consolarme? ¿Quieres quitar tu mirada y tu piedad de mi corazón tan probado por el dolor? Tú también, mi querido Santo, sabes lo que es el martirio del corazón, por los dolores atroces que has sufrido, por las lágrimas que has derramado con santidad.
Ven en mi ayuda. Habla, ora, intercede por mí, no me atrevo a hacerlo ante el Corazón de Dios, Padre de la Misericordia y fuente de todo consuelo. Alcánzame la gracia que tanto necesito: (Haga su solicitud).
Presentado por ustedes que son tan queridos por Dios, mi oración será ciertamente respondida. Dile al Señor que esta gracia me servirá para mejorar mi vida y mis hábitos, y para proclamar la Divina Misericordia en la Tierra y en el Cielo. Que así sea. Amén!
Después de terminar la oración, ofrezca 3 Padrenuestro y 3 Avemarías como signo de gratitud.
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